[La intolerancia de IBERPAPEL no tiene freno: Ahora con DENUNCIA PENAL contra nosotros...]

Desde hace unas dos semanas, los vecinos habrán –eso esperamos- visto carteles contra el terraplén construido ilegalmente por IBERPAPEL S.A. cerca de Caraballo, hicimos pintadas en la ruta con cal, colgado carteles tipo pasacalles, y editamos el “Hacheité”, que sueña ser una hoja informativa de problemáticas varias, pero el primer número se dedicó a ésta temática de lleno. Y por primera vez, llevamos a la casa propia del conflicto, a la oficina de la empresa, en Urquiza 137 de la ciudad de Colón, Entre Ríos, la resistencia organizada.
En aquel lugar, señalamos que estaba la empresa responsable de la destrucción de 1.000 hectáreas de monte nativo y humedales asociados al río Uruguay, y con un gran “Abajo el Terraplén” decoramos la calle para que cada vez que salgan o entren ellos u otros inversores, sepan con quienes están tratando.
La idea de la propaganda contra el terraplén buscaba en especial “levantar” el tema, que está planchado mediaticamente y conocer –de ser posible- la opinión de alguno de los políticos que apuestan a las próximas elecciones sobre materia ambiental. Sin embargo, hubo un silencio sepulcral, salvo algunas menciones en el programa radial más escuchado de la región (Saldaña) sólo opiniones marginales. Pero lo más interesante, la repercusión que en verdad no esperábamos era la de la empresa, la prepotencia con la que actúa frente a leyes que son claras al respecto al uso de la tierra, la misma prepotencia con la que hace caso omiso a los llamados de la justicia y del gobernador para que derriben la obra monstruosa, la misma prepotencia con la que se mueven los que creen que el dinero es todo, y el poder que de él emana se puede utilizar para atropellar a los más débiles, procedieron en un acto claro de INTOLERANCIA y OCULTAMIENTO a quitar toda la cartelería en espacios públicos (por ejemplo la foto que se adjunta… esos carteles no existen más…) y se trató de limpiar las calles y se quitaron los “Hacheité” colocados en espacios de acceso libre para la información. Todo eso se hizo, y más…
Lo llamativo, y hasta desproporcionado, fue una DENUNCIA PENAL contra nuestra organización, quejándose de “ataque a la propiedad”, tal es el ridículo, que estos paladines de la propiedad privada, se creen dueños de destruir la naturaleza de todos, pero ante una pintada CRIMINALIZAN LA PROTESTA, intentando amedrentar la oposición democrática, ciudadana, que se levanta contra sus hechos aberrantes.
Ellos que hicieron todo lo enumerado, además, de tener trabajadores en condiciones de explotación infrahumana y contaminar peligrosamente al trabajador forestal de El Brillante que es de público conocimiento, a pesar de estos antecedentes sobre sus espaldas, saltan como leche hervida al ver que los de abajo nos organizamos y no descansamos. Sepan estos señores que todo un pueblo nos acompaña porque somos parte de él, sepan estos señores que la plata para nosotros no es nada, y sepan estos señores que vamos por ellos y más.

¡Hacha y Tiza, Carajo!