COMUNICADO SOBRE EL SUPUESTO CIERRA DE LA SWIFT DE SAN JOSÉ: Si se quieren ir… ¡qué se vayan! ¡Qué se vayan todos!

Otra vez la misma historia, pero siempre se puede aprender algo de éstas situaciones.
La empresa JBS (ex – Swiff, ex – Vizental y si nos vamos un poco más para atrás ex – Liebig Company) está por cerrar, o eso nos dicen. Veamos.
Los capitalistas brasileros adquieren la empresa que pertenecía a la anglo-americana Swift, pero por las medidas del gobierno nacional -con el que concordamos en que las empresas que están asentadas en nuestra tierra, deben primero, proveernos a nosotros, es decir al mercado local, sino ¿para qué los queremos acá? ¿Qué nos toca de su desarrollo?- dicen que deben cerrar porque no les sirve tener la planta abierta, funcionando.
Pero como a los empresarios sólo les preocupa ganar más y más, a cualquier costo, han hecho una medida tan vieja como el capitalismo mismo, respondieron al cierra de las exportaciones con el cierre de planta. En otros tiempos, el movimiento obrero organizado respondía a esto o con la huelga o con la ocupación de la planta. Hoy, con la dirigencia sindical del Señor Jourdan, los trabajadores miran absortos como se quedan sin trabajo mientras los burro-cratas no saben que hacer. Solamente le echan la culpa a la empresa, cómo si no supieran que ésta existe para hacer negocios y el resto le importa poco. O bien, culpan al gobierno nacional y usan el hambre de los trabajadores para resolver la interna del peronismo, como fue el viaje de hace unas semanas a Buenos Aires.
No puede ser un “plan B” quedarse sin trabajo, mas de 700 personas trabajan en la fábrica y ya vivimos todos la tragedia que significaron los años `90, ver como se van cayendo una a una las fuentes de trabajo por las políticas económicas aplicadas por el partido del señor Marsó, Jourdan, Adami, Busti, Duhalde, Kirchner o Uribarri. Y nadie quiere volver allí.
Pero decíamos, quedarse desempleado no puede ser un plan B, ni para los trabajadores, ni para sus familias, ni para nuestros pueblos. Por eso, pensar la posibilidad de que el frigorífico se vuelva la primera planta recuperada por los trabajadores en nuestra zona, no es un horizonte lejano, de hecho, los trabajadores demuestran cada día que tienen la capacidad de gestionar el trabajo por su cuenta, y se sabe que el único que sobra en una fábrica es el patrón. ¡Y se quieren ir! ¡Qué se vayan!
Con los millones que gastan los gobiernos, no sería, ni necesaria, la expropiación, sólo una compra. Claro que hay que inducir a los brasileros, que según ellos ahora “no sirve tener la planta operando”. Pero existe el legítimo derecho a trabajar y a conseguir el pan, y hay que hacerlo valer.
El mercado está abierto para las empresas productoras del principal ingrediente gastronómico de las mesas de los argentinos. Los productores y proveedores están dónde siempre, sólo hace falta ocupar el lugar que los capitalistas se rehúsan a cumplir.
Es probable que esto sea sólo una obra de teatro para que el gobierno levante la prohibición y los capitalistas sigan lucrando, pero cómo buena obra de teatro, mientras unos se ríen, los que están en el medio del escenario sufren, y mientras los capitalistas juegan a ver quién es más guapo, si ellos o el gobierno, los obreros se van quedando sin plata, y los sueldos, ya chicos que se los come la inflación, comienzan a escasear, la situación se vuelve cada vez peor. Se viene el invierno.
Posiblemente, en unas semanas, con bombos y platillos, en conferencia de prensa, los representantes de la planta y el sindicato anti-obrero jourdanista, dirán que se “resolvió favorablemente el conflicto”, es decir, se resolverá a favor de la empresa a costa del hambre y angustia que hicieron pasar a los obreros y sus familias, nunca ellos pagan por sus inversiones, siempre somos nosotros, los trabajadores los que pagamos todo, y se tiene que terminar.
Por esto, el plan B debe ser el nuevo empezar de recuperar la fábrica, los capitalistas se irán, nosotros no, ya se fueron los ingleses, y nos dejaron sin trabajo, se fue Vizental y nos dejó sin trabajo, y ahora se van los brasileros ¿Nos vamos a quedar sin trabajo?